Saltos acrobáticos

Los clásicos saltos de trampolín, de las disciplinas nórdicas, no tienen nada que ver con esta nueva forma de saltar que realizan los hot-doggers. Se trata de verdaderas acrobacias de difícil ejecución y que encierran una cierta peligrosidad. Aquí cuenta más el perfecto dominio de los movimientos del cuerpo en sus evoluciones en el aire, que el hábil manejo de los esquíes, lo cual, en esta modalidad queda relegado casi a un segundo plano, pues los esquíes sólo se utilizan para coger velocidad, darse impulso y para tener una buena recepción.El trampolín tiene aproximadamente dos metros y medio de altura. Es una especie de rampa que proyecta hacia arriba a los concursantes. Igualmente la zona de recepción está elevada de uno a dos metros del suelo. Entre el extremo final del trampolín y la zona de recepción no debe haber más de dos metros y medio. A la vista de estas medidas es fácil darse cuenta de que en los saltos acróbáticos cuenta más la velocidad con que se desarrolla que la longitud alcanzada

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